¡Seguramente sí! Es el instrumento que utilizamos para confirmar las cosas basados en lo que nos parece, por eso, carece de rigurosidad alguna.
Más de 20 años dedicados a la educación, no me dejan mentir: a los chicos les cuesta mucho justificar sus respuestas e ideas con teorías y/o investigaciones, se les dificulta ser precisos, un claro ejemplo de ello es que suelen escribir largas respuestas vacías de contenido.
Por eso ya es hora de dejar el paresómetro atrás. ¿Cómo? Educando en Ciencias. El ejercicio en las ciencias experimentales es una herramienta clave para revertir esta realidad:
– Porque nos educan en la verdad,
– Porque son la excusa perfecta para estimular el trabajo en equipo, la resiliencia y, a la vez,
– Nos ayudan a adquirir habilidades como la corroboración de ideas para las cuales necesitamos desarrollar procedimientos, poner a prueba nuestras hipótesis y manejar variables.
El juego es imprescindible para el desarrollo afectivo, físico, intelectual y social de los chicos. Si bien la manera en que juegan los chicos va cambiando con la edad: alrededor de los 2 años predomina el juego solitario, de 2 a 4 años empiezan a tener características de juego paralelo donde dos chicos pueden estar juntos pero cada uno con su juguete y a partir de los 5 se manifiesta el juego socializado momento en el cual empiezan a establecer reglas e interactuar con los otros niños, siempre que los chicos juegan adquieren y ponen en práctica normas y valores, experimentan el trabajo en equipo, aprenden a resolver conflictos, focalizan una meta precisa.